Pastel Biarritz Albás
Pastelería tradicional en Barbastro

A finales del siglo XIX Pedro Albás y su esposa inauguran en la céntrica calle San Ramón de la ciudad de Barbastro, una pequeña pastelería a la que llaman LA IMPERIAL No sin dificultad alcanzan un indudable prestigio en su actividad por la variedad y exquisitez de sus elaboraciones -pasteles y turrones- principalmente.
En el año 1903 se ven en la necesidad de “ bautizar” un nuevo pastel con un nombre que tuviera eco en aquella época, y nada fue más apropiado que basarse en la moda veraniega del momento cuando se acudía a lugares de la costa francesa como San Juan de Luz o Biarritz, para pasar unos días de vacaciones junto al mar.
BIARRITZ se había convertido a principios del siglo XX en uno de los destinos preferidos por la burguesía y la alta sociedad europea y era al fin y al cabo un nombre de moda.
Pasan los años y son los hijos LEÓN, PILAR, JOSEFINA Y ANTONIO los que continúan con el negocio familiar durante varios años más, pero llegado el momento de la jubilación y al no haber relevo generacional, deciden dejar de elaborar el exquisito PASTEL BIARRITZ que tanta fama había dado a la pequeña pastelería que fundaran sus padres.
Nace entonces un afán un tanto sentimental por el mantenimiento de este dulce tan característico de la ciudad de Barbastro y se llega a un acuerdo con la familia ALBÁS para no abandonar la elaboración del producto, cuya fórmula era un secreto familiar por su marcado carácter artesano.
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